UN INCOMPRENDIDO DAN || CAPITULO 2 || Un Dolor de Bolas
— Pensé que no vendrías — La
voz del chico era suave y encantadora, su voz no había cambiado desde que
decidió convertirse en el mujeriego que es ahora. Su voz era autentica. Un
toque de ternura es lo que lo hacía especial. Aun cuando tan solo dos años
atrás era un perdedor.
—Solo vine
para que me dejes en paz.
—Si. Claro
¿Bailamos?
El chico la
tomo por la cintura sin antes esperar la respuesta de Maggi, la guio hasta la
pista de baile. El evento era un ritual en la Universidad, un baile para dar la
bienvenida a los nuevos alumnos como Dan. Aunque este fuese un caso especial.
Dante
Ramírez el único egresado extranjero de aquel año. El chico promesa del cine.
No era común que la institución aceptase alumnos de otros países como aquel
caso. Pero sin duda su trabajo había impresionado al comité encargado de
seleccionar a los nuevos estudiantes. El chico que ahora llevaba a su primera
conquista de toda Europa (por qué claro, él estaba dispuesto a conquistar
Europa a como diera lugar) se sentía realizado con su primera victoria o al
menos eso es lo que hasta el momento parecía ser.
Dan la
llevo por toda la pista bailando y charlando con la chica, su natural sentido
del humor y su caricias, así como el uso de su gran seguridad ocasionaban que
Maggi (quien desde un principio se habría planteado la regla de no permitirle
avanzar a segunda base) se empezara a plantear la idea de olvidarse de todos
sus prejuicios iniciales y aprovechar la noche para conocerlo más. Maggi quería
pasar la noche a su lado. Después de todo, el chico era algo inusual. No
siempre se tiene la oportunidad de acostarse con un latino pensó para sí misma.
La música
de pronto cambio al llegar al centro, las demás personas se tomaron a su pareja
y se juntaron cada vez más, cuerpo a cuerpo, dejando solo un pequeño espacio
para dejar circular un poco de aire entre los dos. Dan hizo lo propio y Maggi
aunque jamás lo aceptase deseo que el chico no se arrepintiera de acercase a
ella de tal manera. Sus miradas se encontraron en los primeros acordes, una
sonrisa traviesa se retorció en los labios del chico.
—We'll do it all, Everything, On our own...
— Empezó a susurrarle de frente, aunque su ingles no era perfecto, se sabía
perfectamente la canción, la había cantado tantas veces pero ninguna de ellas
se comparaba a la última vez que la canto, hace tan solo unos días. Ahora al
hacerlo de nuevo... - ... We don't need
,Anything, Or anyone... - no era igual. Maggi no era ella. La chica a la
que le pertenecía Chasing Cars de Snow Patrol se había quedado en otro
continente.
Se separó
de Maggi tomándola por sorpresa, sus labios ya habían llegado a tal grado de
estar a nada de besarse. Dan jamás se dio cuenta de cuando ni donde, solo se
había perdido en el recuerdo de la chica a la que dejo sola hace unos días,
aquel recuerdo pudo detenerlo. Pero no fue así, solo fue un recuerdo, un
fragmento del pasado que en ese momento debía olvidar. Sin pensarlo sonrió de
nuevo y tomo la mano de la chica.
—Vamos a
otro lado, sígueme. — Y ella lo siguió.
—Espera un
segundo — dijo la chica cuando se encontraron fuera del lugar, la música apenas
se podía oír en el ambiente. - No te entiendo. Es decir, tan solo un momento me
empezabas a cantar al oído y de pronto me pides salir corriendo sabe Dios a
donde.
—Lo siento,
no puedo seguir con esto. No lo entenderías
Dan se
sintió agobiado, la canción la maldita canción no le permitiría avanzar más por
hoy si no se olvidaba de todo lo que para él había significado. Amigos, Familia
y la chica, sobretodo la chica. Eso era lo que le impedía seguir, la canción
invocaba su recuerdo, como si fuese una bruja malvada apareciéndose en su mente
en los momentos más inadecuados. Si una bruja malvada que no lo dejaría en paz.
— Explícame...
Para aquel
momento Dan se había convertido en un chico vulnerable y Maggi se preguntaba ¿A
dónde se había ido el patán seguro de sí mismo y todo aquello? O ¿Acaso se
trataba de un truco barato para llevarla a la cama?
—Simplemente
no puedo. Lo siento. Te llevare hasta tu habitación.
¿Que? ¿En verdad el mujeriego
dejaría todo su avance por una estúpida canción? ¿Por una chica a la que había
dejado hace unos días por perseguir sus sueños?
Nadie dijo
nada durante la caminata, cuando llegaron a la habitación la tensión por los
sucedido empezaba a carcomer a ambos a grandes zancadas.
— Bueno...
esto es todo.
—Claro... -
La joven se quedó callada esperando que su acompañante la tomara por la cintura
y la acercara hacia él, la mirara fijamente y sonriera como el gigolo que era
para finalmente besarle y llevarle a la cama. Maggi imagino que ese sería el
juego, su forma de ligar. No fue así, el chico cogió un largo suspiro mientras
retrocedía para alejarse por el pasillo rumbo a su alcoba. Sin ánimos,
perturbado por la imagen de la malvada bruja en su mente.
Maggi se quedó
desconcertada, el juego dio un giro de 180º donde ella había pasado de la
desinteresada en tener una aventura a la más interesada en que sucediera.
A la mañana
siguiente la chica se propuso hacer posible aquel suceso. Pero jamás sucedió.
Dan jamás le dio oportunidad. Pasó de ella y siguió con la chica siguiente en
sus planes y así con las demás que cayeron en sus trampas. Todas y cada una de
las chicas del curso menos Maggi Desde aquel día, Dante se había ganado el odio
de la chica.
Pedir perdón no sirvió de
nada, el rostro de Saúl no cambiado en ningún momento.
—Olvida el
anillo ¿Que no te das cuenta de lo que hiciste?
— ¿Tratar
de evitar tu boda?—dijo el joven con cierto aire de superioridad
— ¡SI! Para
tu mala suerte y fortuna de todos, el anillo que te llevaste era el de
compromiso, no el de matrimonio. Maggi insistió en que harías algo estúpido y
no se equivocó. — Saúl guardo silencio mientras veía a su amigo con tristeza —
¿A dónde iras?
Por la
mente del mujeriego paso un solo pensamiento ¿Primero me corres y ahora te
preocupas por donde pasare la noche? Aquel que hace tan solo unos minutos lo
había corrido del departamento que juntos habían rentado durante años ahora lo
desterraba como si nada y encima tenía la osadía de preguntarle donde pasaría
la noche ¡Qué carajo! Y encima de todo le había engañado.
—Haber si
entiendo Saúl. Primero me corres del departamento, te niegas a aceptar que te
pague el aniño (que supuestamente me habías confiado y que resultó ser un
engaño) y luego te preocupas por a donde iré. ¡Estás de coña! — respondió
enfadado ofendido y más.
— ¡No Dan!
Lo digo de verdad. Maggi no tarda en llegar y me ha asegurado que si te encuentra
aquí no tendrá piedad. — ¿Piedad? ¿En verdad?
—No le
tengo miedo a Maggi, me odia lo sé, pero es estúpido su odio hacia mí. ¡Joder!
— ¡Te odia
por ser un mujeriego! — Saúl se puso de pie y salió de la alcoba haciendo a un
lado a Dan y camino hasta la cocina. Dan lo siguió
— Por el
amor de Dios, eso no es pretexto, yo nunca me acosté con ella. Pase de ella, lo
sabes.
—Lo sé. Y
te lo agradezco. En verdad no sé qué te detuvo pero da igual, te odia.
—Me odia y
por eso te atrapo en sus redes de araña trepadora.
— ¡Dan, por
favor, no empieces!
— ¡Solo
digo la verdad tío, me odia por que fue a la única del instituto a la que no me
acosté con ella.
Un golpe en
la puerta lo interrumpió. Un golpe bastante conocido por ambos chicos. A uno le
causo un pánico enorme mientras uno se dirigía a abrir la muerta y el otro solo
pudo poner ojos en blanco y pensar en lo más hermoso que había visto en la
vida. La bruja malvada apareció de nuevo en su mente. ¿A caso ella era lo más
hermoso que había visto en la vida?
—¡¡Dante
Ramírez!! - Grito una voz. Una voz que era la de la muerte encarnada en una
fémina desesperada.
Un
escalofrió le recorrió la espalda. Una muerte inminente o una venganza dolorosa
le esperaba. Por un segundo se odio por no salir huyendo cuando tuvo tiempo de
sobra. Era momento de enfrentar a la furia.
Dan se giró
para dar la cara por sus actos, pero una bofetada fue lo que resabio, y por si
fuera poco también un puntapié en la entrepierna lo que ocasiono que cayera al
suelo
— ¡Hijo de
puta! — Grito con todas sus fuerzas, abstinente de seguir golpeando al pobre
chico.
— ¡La tuya!
— respondió con el poco aire que le quedaba en los pulmones. La miro, sus ojos
ardían de odio.
— ¿Cómo has
podido? ¿Quién demonios te crees? ¡Una cosa es ser gilipollas pero tú eres el más
grande del mundo!
La chica
hizo caso omiso del pobre intento de Saúl por tranquilizarla, Ella aun tienta
ganas de dejarle claro a Dan que esta vez había pasado la línea. Se le había
acabado la paciencia y sobretodo la había cagado. Fue entonces cuando el
forastero joven (aun adolorido) se dio cuenta que ya todo estaba empacado en la
cocina, sala y comedor. ¿Cuándo sucedió? Se preguntó. Y vagos recuerdos de los
días previos a la boda le vinieron a la mente. Se había pasado toda la semana
buscando alternativas para sabotear la boda de su amigo que ignoro las señales.
Las maletas, las cajas listas para la mudanza. Maggi y Saúl ya habían planeado
todo, la farsa con el anillo, el desalojo del departamento... Sabían
perfectamente de lo que Dan haría y vieron la oportunidad perfecta. Por el puto amor de Dios, ¡Solo porque no me
acosté con ella! Pensó para sí mismo.
En medio de
toda su confusión y dolor, frente a él cayo un sobre, el aire ovacionado por la
caída de este le resoplo en la cara.
—Es un
aviso de denuncia ,por violación y secuestro —Dijo al chica — si no te largas
de este departamento... no espera, mejor dicho si no te largas de España para
cuando oscurezca... la policía vendrá por ti. Y créeme no te va a agradar la
cárcel. He oído que a los tíos como tu... bueno ya sabes dejan de ser tíos.
¿Un aviso
de denuncia? ¿Acaso eso era posible? Joder, eso jamás se lo espero en primero porque
las damas de honor fueron por voluntad propia hasta el hotel con él y en
segundo, él no les había puesto un arma en la nuca para que tuvieran sexo con
él.
—Considéralo,
es una gran oportunidad. No es como si tuvieras grandes planes aquí... o espera
si te vas ¿Que va a pasar con tu nueva película? —Su tono de voz no le agrado
del todo al joven cineasta - Decídete tu carrera o tu libertad.
Maggi le
había jugado chueco, Dan estaba a días de empezar el rodaje de su último
proyecto cinematográfico y ahora de la noche a la mañana tendría que irse. ¿Cómo
iba explicárselo a los productores? ¿A sus seguidores? ¿A los medios? Nunca vio
venir nada de esto. Todo era un error. Una pesadilla de la cual debería de
despertar. Tenía que decidir entre lo que siempre quiso o librarse del apuro.
—Maggi,
espera ¿no crees que estas siendo muy drástica? No puedes exiliar a Dan del
país. No para siempre.
Saúl quien
hasta ahora se había mantenido callado salió a la defensa de su amigo.
—Claro que
puedo ¿Recuerdas que mi padre es uno de los más respetados jueces de país? —
Contesto y momento después fijo la mirada en el patán tirado en la cocina — Al
menos por un año puedo exiliarlo. Solo tiene que firmar y largarse por un año.
¿Un año? Si
Dan aceptaba el trato tendría que irse aquella noche, renunciar a su proyecto más
reciente y rehacer su vida en su viejo hogar, en México. Después de tantos años
lejos...
— ¿Solo un
año? ¿Sin trucos ni más golpes bajos? — Dan como pudo se puso de pie. Tomo el
sobre y fijo su mirada en la chica. Aquella furia era una...
— Un año,
sin golpes bajos. Solo firma. — Maggi le dedico una sonrisa hipócrita mientras
que Dan decidía.
Regresar a
México significaba. Volver a casa de sus padres a su vieja colonia donde nunca
nadie creyó en él, nadie excepto sus dos mejores amigos, su medio hermano y la
bruja malvada...
Tal vez
después de todo no sería tan malo. ¿O sí?
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