Liebres bajo fuego | Microrrelato
Liebres bajo fuego
Corre, corre pequeña liebre que el Lobo anda cerca. Corre, corre y no mires atrás como ayer erré en hacer. Mí recomendación, la de una presa en pena, es no confíes en nadie, ni en la mejor amistad que tengas. La ciudad es un bosque y esto es una cacería. Sobrevive con inteligencia que corres con los ojos cegados, cerrados por la fe en la gente buena.
Mira tú, el mismo pensamiento tuve cuando el Lobo vino a mí. Herido, magullado, indefenso y mentiroso. Sus heridas curé y con la muerte me pagó.
Corre, corre pequeña liebre, que a ti, hijo mío, nacido de lo que ayer era mí ser, te espero en años futuros, mientras corre por este bosque y fíate del mal pues este nunca te defraudará.
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