Un Incomprendido tìo Ben || Capitulo 3 || Gargajos se preocupa por mi
Permanecieron
unos minutos más en casa de Anahí mientras ella terminaba de arreglarse
nuevamente, de la emoción su maquillaje se había arruinado y aunque había
tenido meses atrás un mejor aspecto, uno más saludable debería de aparentar no
estar enferma, de no estar muriéndose lentamente.
—Bajare en
un segundo, debo de arreglar esto. —Le aseguro besándole la mejilla al chico
futbolista.
El la miro
caminar hasta las escaleras de nuevo y se preguntó si su amiga tendría la
suficiente energía para pasar toda la tarde en el cine, quizás ni siquiera se
sintiera tan fuerte como para gritarle a las personas que contestan el celular
en plena película o a los niños que suelen empujar los asientos o subir los
pies.
Quizás ni
siquiera termine de ver la película... Quizás pasarían muchas cosas, o quizás
no, pero sea como sea Ben estaría ahí para ella, se lo había asegurado a la
madre de Ana, y a él mismo cuando se enteró del cáncer.
Aquello era
una promesa, una que no rompería jamás porque, desde el día en que conoció a Anahí
su vida había cambiado, ella había sacado todo lo bueno de él.
Aun recordaba cómo había sucedido.
Aun recordaba cómo había sucedido.
Benjamín
estaba en secundaria, y la mayoría de las horas de estudio se la pasaba
molestando a sus compañeros, la escuela era aburrida, su único interés y la
razón por la que se levantaba cada mañana para ir al colegio era el hecho de
que ahí, nadie, excepto los profesores podían pasar de él. Benjamín tenía una
fama de bravucón bien ganada. Eso lo hacía sentir bien. Y eso era bueno, era
bueno porque así había decidido vivir, quizás así su vida externa al colegio podría
ser un poco memos solitaria, su madre jamás estaba en casa, y las veces que
estaba se la pasaba dormida, sedada por medicamentos para el dolor de cabeza,
su padre se había ido de casa y había hecho otra vida, otra familia, una
familia que desde años atrás era como dicen coloquialmente, La
casa chica.
Y eso le hacía
pensar en que quizás su padre ni su madre se interesaban en él, al fin de
cuentas quien se pasaba toda la tarde en casa con un balón de fútbol dando
goles a la pared era él y nada más él.
En la
escuela era diferente, sin duda lo era, gracias a los genes, tenía una altura
mayor a los de su edad sin parecer demasiado alto para su edad, su cuerpo era
Atlético y había perfeccionado su derecha golpeando la pared de vez en vez
cuando su soledad era insoportable, incluso su colchón había probado su
frustración un par de veces por semana. Sus amigos se limitaban a un par de
pobres bobos que con tal de no estar en el lugar de otros chicos, siendo
amenazados, o privados de su almuerzo. Eso le hacía sentir poderoso, respetado,
y no ignorado como en casa donde su impotencia y frustración se veían la cara
con las paredes y colchón que Ben golpeaba constantemente para descargar su
ira.
Pero ser el
bravucón no le garantizaba saltarse las normas de la escuela donde usualmente
lo castigaban por sus actos y aquel día no fue la excepción, había fastidiado a
un par de chicos de primaria durante el almuerzo amenazándolos de que cuando
pasaran a secundaria su dinero sería de él y que estarían obligados pasarle las
tareas y exámenes. Por qué a él todos le debían respecto y hacían lo que el quería
que hicieran. Desafortunadamente para Ben un profesor estaba cerca y acechaba
con la mirada al chico, quien una vez que dejo ir a los chicos (llorando) que
molestaba se acercó a Ben y le tomo del hombro solo para decirle siete
palabras
—Después de clase, oficina del profesor Edison.
—Después de clase, oficina del profesor Edison.
Ben toco la
puerta de la oficina del entrenador Edison y espero unos segundos a que este le
abriera la puerta, era aún la hora de la salida y por lo que sabía, el turno de
la tarde entraba una hora después de que el saliera de clases y por supuesto el
entrenador era el único que daba la clase de deportes y consejero en
ambos turnos... << ¿Por qué tarda tanto?>>
Algo dentro de él empezaba a fastidiarse y sabía que eso no era bueno. Fastidiarse significaba que pronto necesitaría golpear algo, desatar su ira contra alguien o algo. Si, Ben sufría algo que con el tiempo llamaría problemas de control de irá, sentirse solo le provocaba eso, ira. Una ira que solo podía controlar golpeando
Algo dentro de él empezaba a fastidiarse y sabía que eso no era bueno. Fastidiarse significaba que pronto necesitaría golpear algo, desatar su ira contra alguien o algo. Si, Ben sufría algo que con el tiempo llamaría problemas de control de irá, sentirse solo le provocaba eso, ira. Una ira que solo podía controlar golpeando
.— ¡Mierda!—Exclamo
al tiempo que su puño se estrellaba contra la puerta logrando que sus nudillos
se lastimaran — ¡Mierda!—Exclamo con dolor y un calor concentrado de pronto en
el puño — ¡Estúpida puerta! Benjamín miro su puño, los nudillos le sangraban y
ardían, incluso el golpe había hecho que la mano y parte de la muñeca
terminaran con ese hormigueo característico de cuando las extremidades se
duermen. Luego de ver sus nudillos rojizos miro al puerta de madera donde ahora
había un hueco del tamaño de su puño...
—¡Joder!— dijo pensando en la puerta y su puño, sus nudillos seguían sangrando y no sabía qué hacer, podría irse eso sin duda, pero el dolor en la mano le decía que debería de ir a la enfermería de inmediato, si corría podría alcanzar a la enfermera y ella le podría alcohol, unas gasas y un vendaje, incluso puede que un ungüento... ¿Pero qué le diría?
—¡Joder!— dijo pensando en la puerta y su puño, sus nudillos seguían sangrando y no sabía qué hacer, podría irse eso sin duda, pero el dolor en la mano le decía que debería de ir a la enfermería de inmediato, si corría podría alcanzar a la enfermera y ella le podría alcohol, unas gasas y un vendaje, incluso puede que un ungüento... ¿Pero qué le diría?
¿He golpeado
la puerta de la oficina del entrenador y le hecho un hueco...?
O ¿El entrenador tardaba tanto que me preocupe y decidí hacerle un hueco a la puerta para ver si el entrenador se encontraba ahí...?
O ¿El entrenador tardaba tanto que me preocupe y decidí hacerle un hueco a la puerta para ver si el entrenador se encontraba ahí...?
La mejor
opción sin duda era huir de la escena del crimen, ¿pero y su mano?
<<Piensa,
piensa>>
<<Piensa,
rápido>>
<<
¡Pinche puerta de mierda!>>
Benjamín
— ¿Oh por
dios, estas bien? Tu mano... ¿Estas sangrando? —Escucho a alguien detrás de mí,
pero el dolor no me deja enfocarme en lo que escucho a mi alrededor y ni
siquiera intentó voltear a ver quién es, podría haber sido el jodido profesor
Edison...
— ¡Y a ti
que chingados te importa! — Grito a quien sea que esté detrás de mí, me arde
los nudillos y creo que me he espinado con la estúpida puerta
— ¡Pero que
mierda de tipo eres! Ven iremos a la enfermería, necesitas que alguien te ayude
con eso — abro los ojos y volteo, ahí caminando con firmeza hacia mi hay una
chica que no he visto nunca por la escuela. Tiene el cabello largo y castaño, y
unos ojos verdes oscuros que casi parecen agua de pantano o gargajos, y así
decido llamarle en mi mente.
Ella me toma de la mano y yo tiemblo por puro instinto, el ardor y el dolor no permiten que controle mi mano, mierda. —Vamos— Insiste la chica. Gargajos tiene las manos pequeñas y suaves, no ásperas como las mías, supongo que no golpea paredes ni colchones como yo.
¡Mierda como arde! Cuando me toma por la mano y me invita a ir tras ella rumbo a la enfermería, pero yo no me muevo al contrario, me quedo firme, y le arrebato mi mano de las suyas
Ella me toma de la mano y yo tiemblo por puro instinto, el ardor y el dolor no permiten que controle mi mano, mierda. —Vamos— Insiste la chica. Gargajos tiene las manos pequeñas y suaves, no ásperas como las mías, supongo que no golpea paredes ni colchones como yo.
¡Mierda como arde! Cuando me toma por la mano y me invita a ir tras ella rumbo a la enfermería, pero yo no me muevo al contrario, me quedo firme, y le arrebato mi mano de las suyas
— ¡MIERDA!—
nota mental, no rosar mis nudillos con nada, ni siquiera con las manos
delicadas de Gargajos nuevamente.
—Tienes que
ir a que te curen, mira solo dime donde queda la enfermería e iré por vendas y
alcohol...
—No, estoy
bien, solo vete ¿Si? Vete por donde diablos saliste, no necesito tu ayuda, solo
lárgate Gargajos —Le grito, quizás así se vaya como los perros de la
calle.
— ¿Perdona?—Me
contesta y apenas me doy cuenta de lo cerca que esta de mi — ¿Cómo me dijiste?
— ¿Eres
tonta o retrasada? ¡Dije que te vayas de una pinche vez!
Apenas soy consciente de lo que sucede, lo primero que siento es su manos de princesa abofetear me el rostro, suena como una nalgada en el trasero, luego mi dolor de nudillos es lo que menos me importa, pues Gargajos me patea las bolas lo cual hace que me tire al suelo y me retuerza
Apenas soy consciente de lo que sucede, lo primero que siento es su manos de princesa abofetear me el rostro, suena como una nalgada en el trasero, luego mi dolor de nudillos es lo que menos me importa, pues Gargajos me patea las bolas lo cual hace que me tire al suelo y me retuerza
— ¡Pinche
vieja!—Logro decirle con el dolor de testículos aun en la garganta
— ¡Vieja tu madre pendejo!
— ¡Vieja tu madre pendejo!
La chica se
va y me quedo solo, esa es la primera vez que siento dolor, agonía y empatía
con alguien más.
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