Two Fox [Relato corto]
TWO FOX
En un bosque vivía un viejo
leñador que al despertar por las mañanas miraba al cielo para ver los tonos
dorados que atraviesan las ramas de los pinos más altos hasta cubrir su rostro
de un calor único que lo hacía sentir vivo. Y por la noche hacía lo mismo como
si despidiera al sol después de una larga jornada de trabajo.
Un buen día, mientras miraba el
atardecer con la firme promesa de estar ahí, presente por la mañana, se le
presentó un zorro gris a sus pies.
—Te he estado observando durante
algunas semanas y me pregunto ¿Por qué miras el amanecer y el atardecer todos
los días sin falta?
El leñador le miró con desprecio
—Y a ti que te importa zorro
estúpido, lárgate de mi casa, ya uno de tus amigos se llevo lo que mas amaba en
este mundo, así que vete antes de que te dispare entre los ojos —Le advirtió el
leñador
—Me iré si respondes a mi
pregunta—insistió el zorro gris
El leñador tomó su hacha y pensó
por un segundo en lo fácil que sería cortarle la cabeza al zorro, pero recordó
que a su mujer eso le hubiera hecho arder en cólera por su falta de amor por
los animales
—Es la única forma que tengo para
volver a ver su sonrisa, ella hacía lo mismo mucho antes que yo. —Confesó con
un suspiro.
El zorro gris lo miró con suma
atención antes de volver a hablar
—¿Cómo murió?
Al escuchar la pregunta tan
descarada del zorro, el leñador alzó el hacha y la clavó a un lado del zorro,
este apenas y se asustó de tal atentado contra su vida
—¡Un maldito zorro rojo la mato!
¡Ahora vete antes de que te atrape y degüelle!
El zorro aceptó la amenaza y
corrió al bosque no sin antes dedicarle una mirada serena entre los árboles
El viejo leñador siguió mirando
todos los días al cielo sin falta, preguntándose que miraba su mujer hasta que
a finales de mes se presentó de nuevo el zorro gris a sus pies.
—¿A que haz regresado zorro
inútil?— preguntó el leñador enojado por su visita
—Vengo a ayudarte —declaró con
orgullo
—¿Ayudarme?—se bufo el viejo sin
quitar la vista del atardecer
—Si, a como lo veo, tú anhelas
volver a estar con tu mujer. Desde el amanecer al anochecer contemplas las
nubes en busca de ella y yo puedo ayudarte a que ella regrese.
—¡Está muerta!—reclamo el
leñador—¡Un zorro rojo se la llevo!
El zorro sonrió orgulloso antes
de hablar nuevamente
—Tu mujer no está muerta, yo se
donde encontrarla solo debes hacer lo que yo te diga.
El viejo leñador enfurecido tomó
su hacha nuevamente y cuando estuvo a punto de cortarle la cabeza al zorro,
este continuo hablando
—El zorro rojo la llevó a una
cueva del bosque, yo se como llegar ahí, te llevaré si gustas, es tu decisión.
Pensativo el leñador analizo las
palabras del zorro gris, si el zorro no mentía, su mujer seguiría viva en el
bosque. Aún desconfiado del animal decidió acompañarlo al amanecer.
Aquella noche mientras el leñador
dormía, apareció un zorro rojo que merodeó la casa del leñador, olfateando un
olor desagradable
—Aquí huele a mentiras—declaró al
entrar a la casa del leñador por una ventana entreabierta
El zorro rojo husmeo por la casa
hasta colocarse en el marco de la puerta mirando al leñador dormir
—Parece que irá a buscar en el
bosque algo que no encontrará, será mejor que vigile sus pasos. — Dicho esto el
zorro se recostó en la cama para dormir un rato
Al despertar el leñador y verlo a
sus pies salió de la cama de un salto y buscó su hacha para matar al zorro rojo
—¡Sal de aquí zorro del demonio, iré
por mi mujer te guste o no, ahora vete antes de que te mate con mi hacha!—lo
amenazó y el zorro rojo huyó.
Al amanecer el leñador miró el
cielo antes de partir con el zorro gris.
El zorro lo condujo por el bosque
hasta un peñasco al borde de un río
—Es por aquí —le aseguró el
animal
El leñador lo miró con recelo
—Tonterías, no bajaré por aquí
hasta el río. Es peligroso, las piedras son muy lisas y no soy tan buen
nadador.
El zorro gris bajo por las
piedras esperando a que el leñador le siguiera
—Tu mujer está cerca, lo
sé, pero es tu decisión seguir o no.
El viejo de mala gana lo siguió.
Bajo con cuidado para no tropezar
y cruzó el río saltando entre las piedras que sobre salían de este.
El zorro rojo los miraba de cerca
sin que ambos se dieran cuenta de su presencia
—La mujer del leñador, no
encontrarán allí, el río se la llevó cuesta abajo. Yo la vi caer — dijo antes
de seguirlos.
El zorro gris guio al leñador
hasta las faldas de un acantilado, casi al final del bosque.
—No subiré por ahí, no soy muy
bueno trepando y no tengo cuerdas ni las botas necesarias para subir la cuesta
— le dijo el leñador al zorro gris
—Tu mujer está en la cima, es tu
decisión, ir por ella o no—respondió el zorro gris iniciando la subida
El leñador le siguió detrás
El zorro rojo que los había
estado siguiendo miró a ambos con tristeza
—Ese zorro gris no lo lleva con
su mujer, con la muerte, más bien — se dijo y empezó su propia subida muy
de cerca del leñador y el zorro gris.
Al llegar a la cima el zorro gris
llevó al leñador a una cueva
—No entraré a esa cueva, no tengo
linterna y no sé qué me encontraré ahí adentro —dijo el leñador
—Tu mujer está ahí adentro, ya tu
sabrás si entrar por ella o no.— dijo el zorro gris adelantándose en la cueva
hasta perderse en la oscuridad
El leñador se mantuvo afuera un
minuto, justo el tiempo necesario para que el zorro rojo llegará hasta él.
—Lárgate de aquí zorro del
demonio, ya tuve demasiado de ti, iré por mi esposa te guste o no
—Tu mujer no está ahí adentro,
ella...
—¡Ella murió por tu culpa!—le
interrumpió el leñador —¡Tu la mataste!
—Si está muerta… ¿Qué haces aquí,
buscándola? —preguntó el zorro rojo
El leñador se quedó callado
pensando en aquello. Su mujer había muerto, su cuerpo había aparecido al
desembocar el río. La enterró y le había llorado por semanas ¿Que hacia ahí
persiguiendo una ilusión? —Yo no la maté — Se atrevió continuar el zorro rojo —
Ella me siguió después de que tú me cortaras con tu hacha parte de mi colita.
Tu mujer me siguió al bosque, me curo la herida y cuando iba a regresar a tu lado,
cayó al río, intente ayudarla pero estaba tan débil que no pude salvarla.
El leñador empezó a llorar,
aquello era cierto, aquel día él zorro había aparecido en su casa buscando
comida, él lo había lastimado con su hacha y su mujer se enfadó con él
dejándolo solo en la casa para seguir al zorro rojo herido.
—De no haberte atacado con ni
hacha, ella seguiría con vida… — Se lamentó el leñador
—No te lamentes por el sucedido
leñador, yo ya te he perdonado, por eso estoy aquí. Vine a cuidarte de tus
propios fantasmas, vamos a casa, ahí tu mujer te espera, en cada amanecer y
anochecer, en las nubes su sonrisa encontrarás.
El leñador, lamentándose por sus
actos, dejo al zorro gris dentro de la cueva para seguir al zorro rojo de
vuelta a su hogar.
Me gusta, me gusta mucho... No hay faltas de ortografia, esta muy bien estructurado y ademas nos brinda una enseñanza. Solo tengo una pregunta . ¿Cual es el motivo del zorro gris, es decir, el fin de llevar al leñador a esa cueva?
ResponderEliminarCabos sueltos, libre albedrío
ResponderEliminarMe gusta, me gusta mucho... No hay faltas de ortografia, esta muy bien estructurado y ademas nos brinda una enseñanza. Solo tengo una pregunta . ¿Cual es el motivo del zorro gris, es decir, el fin de llevar al leñador a esa cueva?
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