HISTORIAS

Sobre mi

 

 





Hola, soy Fernando Ramírez (Ferez). Soy licenciado en la carrera de Ciencias de la Comunicación, aficionado a la fotografía, he sido locutor de radio por internet y guionista para varios proyectos. Desde hace más de una década escribo novelas y relatos. Te invito a leer algunos de ellos aquí en el blog. ¡Espero te agraden! 

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AVISO

¿Y las demás historias?

No entres en pánico. Tus historias favoritas están siendo corregidas y actualizadas. Pero no te preocupes, estoy tratando de ser lo mas rápido posible para que puedas disfrutar de ellas en breve.

Es por esa razón que he estado subiendo nuevas historias, quitando otras para corregir, subiendo relatos e innovando portadas de las historias.

Te invito a leer lo nuevo que se esta subiendo y compartir o comentar las entradas.

NEÓN || RELATO CORTO



Voló por el aire a la menor provocación, una danza dulce pero compleja, con el torso desnudo. Sus músculos tensos pero atrayentes, su cabellera rizada pelirroja y negra.

El acto apenas iba por la mitad cuando Nico sintió un pequeño escalofrío colarse por los poros de su piel. Una helada corriente eléctrica lo hizo caer  del aire ante la mirada de sus espectadores. Precipitándose con la gracia de un gato logró descender sin ningún magullo.

El público aplaudió con asombro su destreza y este les respondió con una reverencia y una sonrisa encantadora.

Su acto había terminado prematuramente y el escalofrío que le había sacado de su equilibrio mental se sentía aún presente en la piel. Pero ¿Cómo? Hacía años que había huido de casa, dejado atrás aquella sombra que amenazaba su paz.

Seguramente él estaba ahí. Lo sabía, en alguna de esas miradas fijas en él estaba el intruso en la luz.

Con un cálido abrazo se despidió del aglomerado público que no daban crédito a lo que habían logrado ver de primera mano. El muchacho había caído de más de cinco metros de altura y no había presentado en ningún momento algún signo de temor ante la caída. Pero Nico si sintió miedo, pánico e incertidumbre.

Geo le recicbio detrás de las cortinas preguntando el por qué su descendencia tan precoz a lo que el acróbata solo pudo contestar con una orden.

—Bajen todo, hagan que el público salga de aquí antes de que algo malo pase, iré a buscar a Nani.

Geo, el anfitrión  salió tras las cortinas aún si poder entender muy bien el por qué su amigo le pedía aquello pero en cuanto escuchó que Nani tenía que enterarse de lo que Nico había sentido supo que algo malo se avecinaba.

La gente salió de la carpa del circo en pocos minutos y tras de ellos Geo quien los despedía con calidas palabras de agradecimiento.

Nico tocó la puerta de la casa rodante de Nani, esperando a que este abriera la puerta lo más pronto posible. El mago abrió la puerta desnudo cubriéndose solamente con una toalla en la cintura y en la mano una cerveza y un cigarrillo. El cuerpo del mago, moreno como la canela y de cabellera corta y espinada le miró con recelo. Su acto había terminado hace más de quince minutos y tenía pensado relajarse en la ducha por un largo rato mientras intentaba invocar  el recuerdo de Dila, una mujer del pasado con la que el mago había planeado una vida y posteriormente terminaría muriendo cuando el intruso en la luz apareció en su vida por primera vez.

— Está aquí. —La voz alarmada de Nico hizo que el mago dejara caer el cigarrillo al suelo. —Lo siento en la piel. Quema

El mago dio un trago a la cerveza he hizo pasar a Nico con urgencia.

—Muestrame las marcas.

El acróbata se despojo de toda su ropa quedando completamente desnudo. Su cuerpo entero, exceptúando el torso blanco y firme, estaba cubierto de tatuajes de formas extrañas, desde los tobillos hasta la nuca, imperceptibles al ojo mundano. El mago pasó su mano haciendo que el anillo de plata con un zafiro escarlata brillase para observar las marcas  con su luz natural de neón.

—Esta cerca, sin duda. Debemos llevarte a otro lugar —Sentenció el mago. —Vistete.

El hechicero se dispuso a invocar a un pequeño guardia que juro traer a la vida cuando el intruso en la luz volviera pero Geo llego justo en el momento en el que el mago iniciaba a  invocar a Fort, un pequeño dragón de agua.

—Se han ido todos ¿Que pasa? —escucharon su voz afuera de la casa rodante

Nico en un impulso fue a abrir la puerta pero Nani le detuvo.

—¿Cómo se que tu alma sigue siendo pura? —le pregunto antes de permitir que Nico abriera la puerta.

—Ninguna alma es pura. La pureza no reside en ella, sino en la conciencia. —Respondio Geo tras la puerta y aquella respuesta fue suficiente para el mago quien le permitió entrar.

El chico entró con toda la incertidumbre posible en su bajito cuerpo.

—¿Por que terminaste el acto antes de tiempo?—preguntó exaltado.

—No es momento de preguntas, tu y Nico deben de irse. —Dijo el mago y le entregó a Geo unas gafas oscuras y un pañuelo con el patrón de una salamandra azul en este. —Geo, cuando llegue el momento en el que todo parezca ser el final, incluso si es el final. Moja el pañuelo. Mientras tanto no te quites las gafas en ningún momento. Los guiará a un lugar seguro.

—Espera un segundo ¿A que viene todo esto?

—Geo —Dijo Nico —no es  momento de preguntas, no podemos perder más tiempo...

Apenas pudo terminar de hablar cuando todas las luces del circo se apagaron y un grito desgarró el aire.

—Esta aquí, vamos —El mago tomó a Nico y lo colocó a un lado de Geo, ambos chicos se miraron un segundo compartiendo la incertidumbre del momento.— Busquen a Dru.  Él los protegerá en mi ausencia.

El mago empezó su hechizo mientras que las luces del lugar empezaban a parpadear sin razón alguna, como si la luz quisiera regresar, al par un pequeño gorgoteo en el aire empezaba a sonar cada vez con mas intensidad. Aquel sonido le heló la sangre a Nico. Sabia que su hermano estaba cerca.

—Nani... Nani... Por favor... Nani ¿Donde estas?— Escucharon a lo lejos la voz de una mujer —Nani, dejame entrar, soy Dila.

El acróbata penso en decirle al hechicero que no escuchara aquella voz, esa no era la verdadera Dila, sino su mellizo jugando con su mente. No fue necesario. El portal estaba listo y sin despedirse siquiera Nani los lanzó a este con un rápido movimiento. Después de ello el hechicero dejó entrar a la falsa Dila a su casa rodante, movido por el deseo de ver a su amada  por última vez. Y ahí estaba, bajo el marco de la puerta. Tan hermosa como la recordaba, y esa ilusión tan reconfortante para su alma marcó el punto final del mago enamorado de un fantasma. Esa fue la ultima imagen que Nico y Geo tuvieron de Nani, la de un  eterno enamorado perdiendo la vida ante el deseo mas profundo de su ser. Volver a ver a su amada.

El intruso en la luz le arrancó la vida con los tentáculos  que posee en la espalda como navajas que penetraron el cuerpo de Nani alzándolo por lo alto de la casa rodante, destrozando sus entrañas ante la mirada de los chicos que presenciaron la escena desde un lugar lejano mientras que el portal se extinguía, como la vida de su creador.

—¿Que mierda fue eso?—Preguntó Geo quien tan solo era un humano común que ni sabía nada al respecto sobre la maldición que Nico llebaba tatuada en el cuerpo.

—Eso fui yo, bueno, mejor dicho, mi hermano mellizo.

Geo no comprendió las palabras de su amigo y este tuvo que explicarle mientras observaba el lugar a donde habían llegado

—Cuando era niño tenia un hermano. Un mellizo llamado Tomas, eramos muy unidos hasta que un día mientras jugábamos en un arrollo cercano, le reté a cruzar el río usando las ramas de los arboles como puente. —Empezó a explicarle mientras andaban por el lugar desierto. Una bodega abandonada al sur de donde estaba el circo — Eramos niños y yo había cruzado infinidad de veces  el río de esa manera. Desde pequeño se me dio bien todo tipo de acrobacias pero a Tomi no, y yo lo sabía, claro que lo sabía, solo que en ese momento... supongo que lo olvidé. Yo sólo quería divertirme y aunque él no quería hacerlo lo obligué. Le dije que sería un cobarde... Lo forcé

—Nico...—Dijo Geo entendiendo el rumbo que tomaría aquel relato

—Tomi cayó al río. La corriente se lo llevó lejos de mi alcance. Intenté salvarlo, me lancé al río para ayudarle pero cuando me di cuenta lo había perdido de vista. Nadé hasta la orilla y corrí en busca de mis padres, les dije  lo que pasó sin mencionar que todo había sido mi culpa. Para cuándo encontramos su cuerpo Tomi estaba muerto. Mi padre resignado ante la idea de perder a mi hermano buscó la ayuda de una bruja. Le pidió  regresarlo a la vida. Pero para hacerlo debía de sacrificar un alma amada y tener una conexión pura con Tom para atraerlo. —Nico paró un segundo cuando encontró la puerta del lugar. La abrió con esfuerzo y al salir por esta se encontró en medio de una estación de trenes.  Ambos chicos salieron a descubrir el lugar a dónde Nani los había enviado. Cruzaron el mar de gente que se  encontraba ahí, esperando el próximo tren. Subieron sin decir nada ni llamar la atención de  la gente. Nico tomó un saco de uno de los pasajeros que yacía dormido en uno de los asientos, se lo puso y tomaron asiento en uno de los vagones— Mi madre — prosiguió Nico— sacrificó su vida para abrir el umbral de la muerte y yo fui el vínculo que lo traería de vuelta. A decir verdad lo que pasó aquella noche parecen ser fragmentos borrosos. Solo sé que las marcas que llevo en mi cuerpo son lo que trajeron a esa cosa a este mundo. La bruja no tenía intención de traer a mi hermano a la vida. Ella trajo a un demonio que ahora  habita en el cuerpo de Tomi. Cuando Tomi despertó mató a mi padre y estuvo a punto de hacer lo mismo conmigo si no hubiera sido por Nani quien me encontró mientras yo huía de mi hermano. Me protegió y me llevó lejos de aquel demonio una y otra vez. Cada vez que Tomi volvía el me llevaba a un lugar distinto. Hasta que un dia, cuando parecía que todo había sido una pesadilla del pasado, las marcas empezaron a brillar, intenté buscar a Nani pero este había salido con Dila, ambos se habían enamorado y ella estaba en cinta. Tomi llego he intentó matarme. Nani nos encontró y le hizo frente pero Tomi descubrió a Dila quien había corrido a auxiliarme y uno de sus tentáculos la asesino frente a mi. Nani desesperado logró sacarme de ahí y nos unimos al circo sabiendo que de esta manera estaríamos en movimiento todo el tiempo. Pero parece que todos nuestros esfuerzos han sido inútiles. Ahora estamos huyendo nuevamente y creo que será mejor que  te alejes de mi. Si el regresa, te matará y no quiero perder al único amigo que he tenido.

—Nico, no sabía... —Geo intentó darle palabras de aliento pero se le quedaron entumecidas en la boca del estómago

—No debías saberlo. Íbamos a irnos en cuanto Tomi se acercara pero ahora te he metido en todo esto. Asi que será mejor que me baje en la siguiente estación y no volvamos a vernos.

Geo quedó atónito ante aquella desición. No podía pensar ni siquiera en esa posibilidad ahora que sabía la verdad y había visto lo que ese demonio era capaz de hacer.

—Nani dijo que te cuidara —Dijo con temor

—No, el no dijo que me cuidarás.

—Me dio esto — Geo señaló las gafas y tomo el pañuelo de salamandras —Si no quería que te cuidara por qué me daría estas cosas.

—Las gafas son para encontrar a Dru y el pañuelo, no lo sé. Los hechicero son raros. Además no tengo intención de estar bajo la custodia de nadie. Todos los que se enfrentan a Tomi mueren. Mueren por mi culpa así que puedes quedarte con esas cosas.

—Pero...—Intentó decir algo pero el tren sonó una alerta para dar a conocer que la siguiente parada estaba próxima.

—Lo siento Geo, pero debes regresar a casa. Ten buen viaje.

Nico se puso de pie y cruzó el vagón,  esperó a que el tren se detuviera y bajó de este. Geo lo miró desde su asiento tras la ventana con los lentes del mago puestos y notó que las marcas de Nico sobresalían por el antebrazo y producían un destello electrizante. Se quitó las gafas para mirar a su amigo pero sus brazos no tenían aquel brillo eléctrico. Y por un segundo pensó en lo peor. Intentó ponerse de pie pero el tren cerró sus puertas y comenzó a avanzar hasta la próxima parada a dos horas de camino.

Geo sintió el peligro en su piel cuando las gafas le mostraron lo que pareció ser un futuro lleno de muerte y sangre para su amigo... Y para él.



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